Los test rápidos de antígenos, diseñados para detectar la variante original del SARS-CoV-2, han sido una herramienta esencial durante la pandemia de la COVID-19. Con la aparición de nuevas variantes, el equipo del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa ha visto la necesidad de estudiar si estas comprometen la sensibilidad de los test. Los resultados, publicados en la revista Frontiers in Microbiology, demuestran que, en condiciones favorables, uno de los cuatro test estudiados pierde sensibilidad contra la variante alfa. En condiciones extremas, en cambio, todos los test pasan a ser 10 veces menos sensibles a la variante alfa y, dos ellos, a delta. Por lo que respecta a ómicron y beta, la capacidad de detección de los test estudiados no se ve alterada en ninguna condición. El estudio, que cuenta con la participación de NESAPOR EUROPA y el Servicio de Microbiología del Hospital Germans Trias, pone en evidencia la importancia de ir validando la sensibilidad de los test de antígenos a medida que van apareciendo nuevas variantes del SARS-CoV-2.